- Blog
- Agricultura
- Latinoamerica
Dada la coyuntura actual del país y en particular los retos del posconflicto, Acumen le está apostando a la construcción de una red de empresarios, Fellows y aliados que trabajan de la mano para apoyar la transición del país hacia la paz.
Acumen tomó la decisión de expandirse a Colombia en 2013 con fondos iniciales de The Oak Foundation. En ese momento, el primer paso del equipo en Latinoamérica, fue escuchar a los potenciales beneficiarios para poder comprender los desafíos de la pobreza y la desigualdad que se vive en la región, y lograr identificar dónde el capital paciente podría tener un mayor impacto. Lo que el equipo evidenció fue que la distribución de oportunidades en país por lo general pasaba por alto las áreas rurales de Colombia, las cuales han sido las más afectadas por el conflicto del país. Vieron además que sin acceso a mercados, los agricultores no estaban teniendo ingresos suficientes para seguir viviendo de sus cultivos. Tanto así, que cuando los precios de los productos agrícolas caían a nivel global ,lo que recibían por vender sus productos era menor que la inversión que habían hecho para cultivarlos. Escucharon que, bajo la presión y sin la esperanza de alguna alternativa, muchos colombianos que vivían en la ruralidad habían cambiado su forma de generar ingresos con cultivos de la canasta familiar y habían empezado a desarrollar actividades que generaban mayores ingresos, pero al mismo tiempo eran muy riesgosas, como el cultivo de drogas y la minería ilegal, actividades que habían financiado y fueron protagonistas en el conflicto armado colombiano. Y esta era la punta del iceberg. Por debajo se ocultaban más cosas. El equipo escuchó, y entendió que todos esos años de violencia habían quebrado la confianza en las comunidades rurales, haciendo más difícil su reconstrucción.
Después de escuchar y entender los retos que debería enfrentar, el equipo desarrolló una estrategia. Se propuso usar capital paciente, con un enfoque en la construcción de paz y el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades rurales de Colombia, especialmente aquellas que están en las zonas más afectadas por la violencia. Consciente del riesgo que era trabajar en zonas tan vulnerables, Acumen entendió que su papel era demostrar con evidencia que las empresas sociales podían ofrecer una alternativa para que los agricultores aumentaran sus ingresos y pudieran retirarse de los oficios que financiaban el conflicto armado. Teniendo claros los retos a los que se enfrentaría, Acumen Latinoamérica se asoció con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para crear el Fondo Invirtiendo para la Paz, enfocado en invertir en negocios agrícolas en áreas afectadas por la violencia con el fin de conectar a los agricultores con los mercados, y ayudarlos a acceder a precios justos por sus productos —Permitiéndoles aumentar sus ingresos y dejar atrás actividades ilegales.
Un caso en particular, son los caficultores de Colombia quienes deberían tener acceso a un pago justo por sus cosechas. Lo que sucede en realidad es que, mientras un cliente final paga $6 USD o más por un latte, los agricultores que cultivan los granos de café ganan menos de $ 2.50 USD por día. Azahar, una de las inversiones de Acumen en la región, está reequilibrando esta ecuación, convirtiendo la producción de café en un medio de vida viable para los casi 600,000 productores de café en Colombia. Azahar ofrece a más de 3.000 cafeteros colombianos capacitación e insumos para producir café de la más alta calidad. Luego, la compañía lo compra a los agricultores a un precio fijo, asegurando que, sin importar la fluctuación del mercado mundial y los precios del café, los productores de Azahar siempre obtendrán el mismo ingreso constante por los granos que producen. Como resultado, los caficultores que trabajan de la mano con Azahar pueden ganar más de dos veces el precio global por su café, aumentando sus ingresos hasta en un 70 por ciento.
La compañía también ha creado confianza con los caficultores debido a su compromiso con la más alta transparencia en los procesos, revelando los verdaderos costos detrás de sus precios, desde lo que pagan los agricultores hasta los costos de la compañía, para que así los productores sepan qué porcentaje del valor del café están obteniendo. Azahar ha hecho del cultivo del café una forma viable de ganarse la vida para los agricultores como Carlos: “Cuando llegó Azahar fue algo increíble porque nuestro café se vendió mejor. Ahora, no tengo que preocuparme por el precio diario, solo tengo que preocuparme por tener un café de alta calidad”.
Desde su inversión inicial en 2016, Acumen ha acompañado a Azahar en su crecimiento a través de una orientación estratégica en la junta directiva de la empresa, ayudando a la compañía a incrementar su impacto y medirlo a través de encuestas de Lean DataSM, y aumentar sus ventas dentro de Colombia al abrir tres cafés de Azahar en Bogotá. Este año, Acumen presentó a Azahar a un financiador para la preparación de la Guía de Sostenibilidad para Compradores de Café (Sustainable Coffee Buyer’s Guide), un proyecto que busca extender la influencia de la compañía al incentivar a los tostadores de todo el mundo, a comprar café a precios que aseguren que los agricultores obtengan ganancias.
Hasta la fecha, Acumen Latinoamérica ha invertido en otros nueve negocios agrícolas, desde recolectores y productores de cultivos orgánicos que aumentan los ingresos de los agricultores para sus cosechas, hasta productores de chocolate que obtienen cacao de las comunidades indígenas. El enfoque de Acumen de utilizar el capital paciente para apoyar a empresas sociales innovadoras como Azahar, está demostrando el papel que pueden desempeñar los modelos de negocios innovadores y transparentes en la restauración de la paz y la estabilidad en Colombia.
Con la firma del acuerdo de paz en 2016 entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), comienzan a aparecer nuevas oportunidades de contribuir al cambio. Sin embargo, así como Acumen aprendió de sus inversiones, la experiencia le enseñó que, para generar cambio social, sólo invertir financieramente en las organizaciones no es suficiente, se requiere también invertir en talento y liderazgo. Por eso, junto con los modelos de negocio, Acumen ha descubierto que es igualmente esencial cultivar una comunidad de agentes de cambio que tengan la capacidad de expandir aún más las redes de paz en Colombia.
Así es como en 2019, Acumen lanza su cohorte pionera de Fellows de Acumen en Colombia, un grupo diverso de individuos que lideran iniciativas para crear una nueva narrativa en Colombia desde múltiples sectores, y que buscan reconstruir el tejido social en los diferentes rincones del país.
Uno de estos Fellows generadores de cambio, es Andrés Felipe González, un joven rapero quien alguna vez formó parte de una pandilla cerca de Cali y luego, a través del arte, fundó Prisioneros de Esperanza, una organización que usa la música urbana como un medio para enseñar la no violencia a los adolescentes y transformar sus formas de ver el mundo. También tenemos Fellows como Clara Inés Hoyos quien, en medio del departamento del Caquetá, fundó Cimientos del Hogar, una organización que permite a mujeres víctimas del conflicto armado, generar ingresos cultivando y vendiendo hierbas aromáticas.
Hoy, Acumen Latinoamérica ha construido una red interconectada de modelos a seguir como Andrés y Clara y de modelos de negocios como Azahar que están reparando el tejido social para que haya paz en Colombia. Sabemos que no existe una solución simple e inmediata para los retos sociales, pero creemos que, como Acumen, comenzar con la habilidad de escuchar, y combinarla con desarrollar habilidades de liderazgo, y la orientación al largo plazo del capital paciente. puede aumentar las posibilidades de transformación y éxito.
Este texto sobre la estrategia de Acumen en Colombia hace parte de nuestro Reporte Anual 2019 (en inglés), si quieres conocer más haz clic aquí.
___
Acerca de Acumen:
Acumen es una organización pionera que busca abordar de una manera disruptiva los retos de la pobreza y la desigualdad a través de dos grandes apuestas: Por un lado, la gestión de fondos de inversión de impacto dedicados a apoyar el crecimiento de modelos de negocio innovadores que tengan simultáneamente un alto potencial de mercado e impacto social. Por el otro, le apostamos a crear una masa crítica de agentes de cambio social con las habilidades, los valores y el poder de cambiar la narrativa de la región. Con estas dos líneas de acción buscamos catalizar la transformación de nuestra sociedad.