EL CAPITAL PACIENTE APALANCA LAS FUERZAS DEL MERCADO Y LA FILANTROPÍA

Los mercados por sí solos no pueden resolver los retos de la pobreza, como tampoco son suficientes la caridad ni la cooperación internacional. Dos tercios de la población mundial todavía vive en situaciones de exclusión económica y es necesario buscar nuevos enfoques para encontrar iniciativas innovadoras. También debemos reconocer cuán difícil es crear soluciones duraderas de gran escala en algunos de los entornos más complejos del mundo. No hay respuestas fáciles para resolver este tipo de retos.

El capital paciente es una tercera vía para enfrentar los retos de la pobreza. Definimos el capital paciente como la inversión, vía deuda o capital accionario, en una empresa social de etapa temprana. Nuestro objetivo no es obtener altos retornos financieros, sino servir de puente entre el enfoque del mercado (basados en la eficiencia y la escala), y la filantropía pura (basados en impacto social). Entre las características del capital paciente se encuentran: una alta tolerancia al riesgo, el repago a largo plazo del capital invertido, apoyo post-inversión necesario para el crecimiento y el objetivo inamovible de maximizar el impacto social. Al mismo tiempo, el capital paciente exige rendición de cuentas como una prueba de que la empresa puede crecer de manera sostenible a largo plazo.

Iniciar un negocio nuevo siempre es difícil, pero es mucho más complejo hacerlo en economías emergentes. Crear una empresa atendiendo las necesidades de la base de la pirámide podría parecer imposible. El capital paciente es el recurso que puede lograr que ideas novedosas y a veces aparentemente descabelladas, lleguen a ver la luz del día.