Invirtiendo para la Prosperidad Rural en Colombia
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Acumen es una organización que busca cambiar la forma en que el mundo aborda los retos de la pobreza. Como alternativa a la filantropía tradicional, impulsamos la inversión en empresas sociales rentables que benefician a poblaciones de bajos ingresos.
Desde nuestra fundación hace 17 años, hemos invertido más de 115 millones de dólares en 113 empresas en India, Pakistán, África del Este, África del Oeste, EEUU y América Latina.
Con nuestro Fondo Pionero apoyamos emprendimientos en etapa temprana que desarrollan modelos de negocio con alto potencial de impacto social pero con riesgo financiero significativo que otros inversionistas no están dispuestos a respaldar. Para financiarnos, recibimos donaciones de personas naturales y entidades que buscan apoyar innovaciones para combatir la pobreza. Usamos estos recursos de origen filantrópico para desplegar lo que llamamos capital paciente – un capital altamente tolerante al riesgo. Hacemos inversiones de equity y nos volvemos socios de las empresas por muchos años, apoyando su crecimiento con participación en la junta y acompañamiento en muchas áreas.
Como cualquier inversionista, Acumen ha tenido éxitos, pero también fracasos. Uno de los mayores éxitos ha sido una inversión en 2008 en una empresa de productos solares llamada d.light cuyo propósito es traer al mercado soluciones energéticas de alta calidad y asequibles para poblaciones de bajos ingresos que no están conectadas a la red eléctrica. d.light fue fundada por dos jóvenes de Stanford University y empezó con la venta de linternas solares; actualmente vende sistemas solares complejos para hogares, impactado a más de 70 millones de personas. Hoy por hoy, tiene ventas anuales cercanas a los 50 millones de dólares. Como empresa pionera, d.light ayudó a impulsar el crecimiento y consolidación del sector de energía solar distribuida que hoy tiene ventas de más de 4 billones y beneficia a más de 360 millones de personas anualmente.
Cuando arrancamos labores en Colombia hace 5 años, nos propusimos abordar los retos de la pobreza rural. Entendimos que, para alcanzar la paz, el país necesita impulsar modelos económicos inclusivos que generen prosperidad en el campo. Son muchos los retos que enfrentan los pequeños productores en Colombia: baja productividad, altos costos logísticos, dificultad para acceder a financiación y barreras de acceso a mercados. Además, los pequeños productores cargan con dos de los riesgos más grandes del sector agrícola: variaciones en el clima y volatilidad en los precios. La situación actual del campo colombiano no permite que pequeños productores salgan de la pobreza.
Por esta razón empezamos a enfocar nuestro capital paciente en empresas que actúan en distintas cadenas agrícolas claves para el país con el fin de entender qué modelos alternativos, sostenibles e inclusivos, existen para generar desarrollo en el campo. Apoyamos a Siembra Viva, una empresa antioqueña que apoya a pequeños productores para que migren a producción orgánica de alto valor, conectándolos directamente con clientes urbanos y asegurándoles mejores precios. Invertimos en Cacao Hunters, una empresa payanesa que fabrica chocolate de altísima calidad para los mercados colombiano y japonés. La empresa se surte de productores en Tumaco y la Sierra Nevada -incluyendo productores indígenas Arhuacos- y mantiene volúmenes y precios constantes, algo que es contrario a la forma que normalmente opera el mercado del cacao en el país. Invertimos también en Azahar Coffee, una empresa basada en Armenia que compra café a precio fijo con base en la calidad del café. Azahar hace caso omiso del precio interno del café, que muchas veces no le permite al productor cubrir sus costos, y compra a precios fijos que aseguran una buena rentabilidad para el caficultor. Con estas inversiones, entendimos que sí existen modelos de negocios agrícolas donde pueden ganar tanto los productores como los intermediarios.
En nuestro recorrido, empezamos a experimentar con modelos de negocio donde los productores agrícolas son los protagonistas. En 2015, invertimos en una central de beneficio de café de la mano de la Asociación de Cafeteros El Desarrollo de Gigante, Huila. Esta central compra café en cereza a productores que de otra forma se ven obligados a vender café húmedo a intermediarios, sacrificando mucho margen. Gracias a un acuerdo comercial con un cliente en el exterior, la central le asegura mejores precios a los caficultores. Mediante una estructura financiera altamente innovadora, la central recomprará la participación de Acumen, permitiendo de esta forma a la asociación quedarse con 100% de la propiedad de la central. El año pasado invertimos en Bioguaviare, una empresa ubicada en San José del Guaviare, que procesa açaí y otros frutos amazónicos. Bioguaviare le compra a pequeños productores rurales y comunidades indígenas, generando ingresos adicionales y creando un incentivo para la preservación del bosque húmedo. Uno de nuestros socios en esta empresa es Asoprosegua, una asociación de productores agrícolas y entidad líder de la sociedad civil en el Guaviare. Al hacer estas transacciones aprendimos que es posible hacer inversiones con impacto social de la mano con organizaciones de base aprovechando su enorme conocimiento del territorio. Creemos que este modelo de inversión es altamente relevante para regiones de posconflicto ya que abre la puerta a un desarrollo económico inclusivo donde las comunidades víctimas de la violencia pueden acceder a la propiedad del aparato productivo y tener mayor autonomía para fijar el derrotero de sus territorios.
En años recientes Acumen ha entendido que el capital paciente para empresas de etapa temprana no es suficiente para asegurar el éxito de los emprendimientos sociales. A medida que las empresas crecen y logran ventas sustanciales, también aumentan sus necesidades de financiación. Sin embargo, siguen teniendo muchos retos para acceder a capital. Es así como Acumen ha empezado a desplegar varios fondos para empresas de etapa más madura que, a diferencia del Fondo Pionero de capital paciente, se financian con inversionistas que buscan tanto impacto social como retorno financiero. Este año Acumen tuvo su primer cierre de un fondo enfocado en empresas en crecimiento en América Latina, con un foco importante en el agro, que permitirá aumentar nuestro impacto.
Además de financiar innovaciones para enfrentar los retos de la pobreza, Acumen se ha preocupado por desarrollar herramientas para medir el impacto de sus inversiones. En años recientes, desarrollamos una herramienta de medición llamada Lean DataSM. Apoyándose en el uso de la tecnología y de encuestas breves altamente parametrizadas, Lean DataSM permite entender no solo el número de beneficiarios de las inversiones sino también la profundidad del impacto. Algunas de las cifras son sorprendentes: el modelo de compras de Cacao Hunters, por ejemplo, resulta en mejoras en los ingresos netos de los productores de entre 57 % y 78%. Más importante aún, Lean DataSM está pensada como una herramienta de información gerencial, que le brinda a las empresas información crítica sobre sus clientes y proveedores, permitiéndoles mejorar su desempeño e impacto.
Acumen ha entendido también que, además de capital, se requieren grandes habilidades y una comunidad para enfrentar los grandes retos de la pobreza. Por eso desarrollamos una “escuela” para el impacto social con dos grandes componentes: una plataforma online llamada +Acumen (plus Acumen) que cuenta con una gran cantidad de cursos gratuitos altamente relevantes para el sector de impacto social, y un programa intensivo semi-presencial: los Fellows de Acumen. Este año tuvimos la oportunidad anunciar el lanzamiento de este programa de liderazgo en Colombia y en el 2019 daremos inicio a la primera cohorte de Fellows colombianos: un grupo de agentes de cambio altamente diverso y conformado por aproximadamente 25 personas que tendrán la oportunidad de adquirir herramientas para ser más efectivos en su trabajo y apoyar a sus beneficiarios en la transición hacia la paz.
Es así como, con capital paciente, capital para el crecimiento, medición de impacto y formación de talento, Acumen está cambiando la forma en que se aborda la pobreza en Colombia.
Este artículo fue publicado en la Revista Filantropía Transformadora. Para ver el artículo original haz click aquí.